Mi intención con este blog es sencillamente compartir mis inquietudes, desde la intuición y el corazón, y crear un espacio en el que pensar en "voz alta"

miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Por qué lo consentimos?


A pesar de que la educación me ha interesado desde siempre y desde que recuerdo he añorado un cambio profundo en el sistema, y aunque no me rindo, soy realmente  poco optimista.

Estoy convencida de que nada cambiará mientras los ciudadanos no cambiemos.  Es imprescindible darnos cuenta de que la educación nos afecta a todos, tengamos niños o no, seamos o no docentes. Es tan importante como la salud. 

La educación, como todos sabemos, está muy politizada, y lo está con nuestro beneplácito puesto que también  adoptamos posturas politizadas.  Lo que deciden las administraciones en esta materia está bien o mal según  seamos más o menos afines con el  criterio político de cada una de ellas.

Aquellos que apoyan una educación privada o subvencionada, a menudo alegan que la educación pública es mediocre y me fascina porque ¿cómo puede nadie estar conforme  y no revelarse contra una educación pública mediocre si la estamos pagando con nuestros impuestos?  ¿Por qué nos conformamos con pagar impuestos por algo que creemos que no nos sirve? 

Sin embargo, cuando se emplean nuestros impuestos para subvencionar colegios privados, hacemos la vista gorda porque aceptamos que ahora sí están a nuestro servicio obviando que en ocasión, así  también permitimos el uso lucrativo que de ellos se hacen por parte de algunos colegios.

A  la hora de la verdad, la cuestión es que, público, privado o concertado, el SISTEMA sigue sin funcionar, porque, recordemos que es el huevo lo que está podrido y el fuero  contaminado.

Está claro que no somos una sociedad cohesionada. No miramos el bien común. Buscamos salvarnos individualmente de  la quema y si lo logramos, miramos para otro lado.

El sangrante negocio  de las editoriales respaldadas por los colegios en perjuicio de todos, año tras año, lo asumimos.  ¿Por qué consentimos eso?  Es humillante el abuso por parte de unos, consentido por  otros y aplaudidos por las administraciones.  Que alguien me lo explique. ¿Para cuándo libros “genéricos”  como se hizo con los medicamentos? También la criba sistemática y discriminatoria de alumnos en muchos centros concertados  porque deben mantener un caché a toda costa, lo sabemos y lo consentimos, a pesar de que funcionan gracias a nuestros impuestos. No en vano, es un negocio, donde el tráfico de influencias es tanto o más  vergonzante - porque se trata de niños -  que los casos  que salen a diario en la prensa, y lo aceptamos con mayor o menor resignación.   Y ni siquiera lo hacemos a cambio de una buena educación.
 
Idealmente, defiendo una educación pública de calidad, pero confieso que dadas las circunstancias, como la incompatibilidad de conciliar el trabajo y la familia por ejemplo - otra batalla sin librar aún -  tampoco creo que eliminar la educación subvencionada resuelva nada.  En mi opinión, lo que se debe exigir es que el sistema sea eficiente. Que la educación sea de calidad y principalmente que sea innovadora, motivadora, estimulante, que tenga los mejores profesionales y a la altura del siglo XXI y no ésta discriminatoria, obsoleta  y pobre. Cuando al alumno se le respete por todo lo que es capaz de ser  y desarrollar y no sólo por su capacidad de memorizar y escupir lo memorizado. Si esto se lograra puede  que diera  igual un centro u  otro porque se garantizaría la EDUCACIÓN  por encima de todo. Sería un proceso natural que pondría las cosas en su sitio.

Para ello, tendríamos que dejar de mirarnos  el ombligo , mirar alrededor y darnos cuenta de que somos una sociedad que debiera estar unida para que nos respeten,  por nuestro propio bien y  orgullo,  porque ellos, los políticos, cualquiera de ellos,  lo tienen muy, muy claro: “divide y vencerás”  y manipularás a tu antojo.  Ellos, todos, tienen algo en común. Ambición, falta de escrúpulos, mediocridad y los bolsillos llenos.

martes, 19 de marzo de 2013

Palitos en las ruedas



Insisto: como demuestra la viñeta, una educación lineal resulta de lo más injusta.  Los niños no maduran todos a la vez y al igual que los adultos, cada niño es más hábil en unas áreas que en otras. Sus intereses son diversos y sus capacidades también. 

Recientemente, me han comunicado que mi hijo de 11 años ha aprobado música con una nota justita. Me ha sorprendido porque le encanta la música y es de las asignaturas que más se prepara en casa, pero resulta que la nota le ha bajado debido a la parte teórica, referida a las biografías de grandes músicos clásicos, sobre los que hay que estudiar, memorizar y posteriormente se realiza una prueba escrita sobre ello. El resultado es que mi hijo se siente desmotivado porque lo que se le da realmente bien, es la parte práctica de la música y eso  no parece tan relevante en comparación con una parte teórica que le resulta tediosa. Defiendo absolutamente el conocimiento de las biografías de los clásicos, pero puede que de otra manera e incluso en otro momento.

Me ha sorprendido igualmente conocer  que los hijos de unas amigas, alumnos de la ESO, apasionados del deporte, suspenden educación física y no por el deporte en sí mismo, sino, una vez más, por  la parte teórica. Honestamente, da la impresión que la educación consiste en poner más y más obstáculos en lugar de fomentar aquello que realmente se les da bien a los alumnos.
Me pregunto si a Iker Casillas, Rafa Nadal, Miguel Indurain  o Marta Domínguez sobresalían en las pruebas teóricas de deporte cuando tenían 15 años.

jueves, 14 de marzo de 2013

Educación para la Excelencia

Mientras la Administración de la CAM, reserva la palabra Excelencia, para referirse a la creación de 10 aulas dirigidas al “Bachillerato de excelencia” para aquellos alumnos de “altas capacidades”, me llama poderosamente la atención cómo para otros países, la búsqueda de la excelencia va dirigida a todo el conjunto educativo, empezando por cambiar estructuralmente el mismo.
Como de costumbre, nuestro sistema se empeña en “mantenella y no enmendalla”  Me pregunto por qué, además, no se invierte en resolver de veras el terrible problema del fracaso escolar de nuestro país y se dan cuenta de que el  mediocre nivel que demostramos año tras año, no va a cambiar si la Administración no asume que tiene un sistema lineal y obsoleto. A mi juicio, tenemos una educación de serie, para niño que no vienen de serie. Una educación excluyente en lugar de integradora, lineal en lugar de diversa, desmotivadora más que creativa, donde no se refuerzan las capacidades de cada alumno sino más bien se le castiga por no estar dentro de  la media establecida, no se sabe por quién ni para qué. Y, aún más triste, muchos (no todos) docentes, complacientes  con el sistema.
Yo me hago la siguiente reflexión. Tanto para padres de niños que logran mantenerse dentro del sistema razonablemente bien, como para los que no, ¿les da igual saber que siempre serán cabeza de ratón? Porque lo que parece indiscutible, si hacemos caso al informe PISA, es que nuestros mejores alumnos son mediocres comparados con los de otros países.  ¿Y qué nos ofrece la Administración? Pruebas.  No herramientas, ni fondos, ni apoyos, ni más medios para el profesorado, ni más atención, no. PRUEBAS. Más y cada vez más pronto. Más presión, más exclusión, más discriminación.
Como bien me dijo una muy querida amiga hace poco. “Esto es lo que tenemos. No vivimos en Finlandia”  Y tiene toda la razón. Pero, ya cada vez más países han adoptado un modelo parecidoa al finés, y yo sueño con que algún día también se haga aquí, no para mis hijos que no lo verán, pero por aquello de que la educación es tan importante como la salud.
Lo más ilustrativo de el por qué no podemos renunciar a un nuevo modelo de educación.  
Pasi Sahlberg es un activista por la mejora de la educación, entre otras cosas.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Si todos estamos de acuerdo...


“There are only two things wrong with the educational system:
1.     What we teach.
2.     The way we teach it”
                          Roger Schank   
(Sólo hay dos problemas en el sistema educativo:
1. Lo que enseñamos
2. El modo en que lo enseñamos )                                             

 

Asumo que el título que he elegido para mi blog es tan ambicioso y optimista, como poco imaginativo (se ve que tampoco mi educación ha sido muy creativa). Hay miles de blogs por ahí con el mismo título, pero mi intención, más que levantarme en armas como si de luchar contra una  invasión se tratara, es sencillamente tener un espacio de debate. Cualquier opinión será bienvenida. Por favor, opinar.

Observo en mi entorno, en los medios, hasta en el transporte público en ocasiones, que todo el mundo está de acuerdo en que el sistema hace aguas por todas partes, pero cuando escucho las diversas opiniones  respecto a cuál es el problema y cuál su hipotética solución, constato que en esto, como en casi todo, hay dos corrientes muy definidas: Aquellos que abogan por endurecer el sistema existente y quienes buscan una ruptura absoluta con lo ya establecido. La mayoría navegamos entre dos mundos, luchando por sobrellevar lo mejor posible, a veces con mucho esfuerzo y poco éxito, un sistema convencional ya obsoleto, mientras cruzamos los dedos porque nuestr@ niñ@ no pase  a formar parte de esa estadística llamada “fracaso escolar”.

Desde siempre observo que la Administración infaliblemente pretende afrontar el problema, generalmente creando otro. Más asignaturas, más temprano, más pruebas y más fracasos.

Estoy casi segura que todos estamos de acuerdo en que echamos de menos más fondos, más apoyo, más creatividad, más motivación, más medios…

No quiero extenderme con esta tendencia mía a perderme en los cantares, así que, en sucesivas entrada desarrollaré mi percepción del problema. Hoy sólo deseo dejar lo que para mí ilustra la dudosa capacidad de nuestra Administración en este asunto , y me refiero en la Comunidad de Madrid en particular:

La introducción del bilingüismo en las escuelas. ¿Qué se puede esperar de una Administración que empapela la Comunidad de Madrid con propaganda sobre el bilingüismo con un eslogan incorrectamente expresado?

“YES WE WANT”. En lugar de "Yes we want to"

Si a lo que aspira la Administración es a  que éste sea el nivel académico de nuestros jóvenes, sólo me resta decir:

Keep up the bad work! (¡Seguir así! -de mal-)
 

martes, 12 de marzo de 2013

La semilla que lo inició.

No soy experta en nada. No he elaborado extensos y complejos estudios para analizar metódicos resultados de los cuales extraer incuestionables conclusiones. Nada de eso. Soy sencillamente una de las muchísimas ciudadanas que a diario se cuestionan: ¿qué está pasando con nuestro sistema educativo?
Soy madre y fui alumna. Alguna experiencia tengo, digo yo. No creo que la educación sea potestad únicamente de “sabios” en la materia, menos aún de las distintas Consejerías de educación que parecen manipular a su antojo y sin demasiado éxito. La educación es un asunto de todos. Todos hemos sido alumnos, todos tenemos hijos o sobrinos y tendremos nietos. Nos afecta directa e indirectamente, ya que es la educación y la cultura de un país lo que mejor lo define y con lo que convivimos. Determina nuestro pasado y nuestro futuro, e incide con más o menos criterio, según su calidad, en quiénes y cómo nos representan.
Con demasiada frecuencia escucho tertulias en la radio, donde algunos expertos periodistas, tan pronto debaten con igual maestría sobre el terrorismo de Al Qaeda, la economía mundial, el calentamiento global, el Bosón de Higgs, el acelerador de partículas y el sistema educativo Español o el de Namibia. Pues yo también quiero. Sólo que yo no puedo hablar mas que de mi modesta experiencia personal y de la de quienes me rodean, de la información que mi interés me ha llevado a investigar y  de mi enorme curiosidad sobre el tema, que junto con mi intuición, me inspiran la osadía necesaria para aventurarme en este blog.
En sucesivas entradas espero ser capaz de puntualizar más concretamente aspectos  sobre el tema.
Mientras tanto quisiera compartir un recuerdo de mi más tierna infancia relacionado con el colegio:

Como tantos otros, mi padres emigraron en los 60, consecuentemente no estudié en España  (y debo añadir que AFORTUNADAMENTE).

Mi experiencia académica en España  antes de trasladarnos, fue corta pero intensa. Debí asistir al colegio escasamente un año, entre los 4 y 5 años,  pero conservo en la memoria la imagen de una clase llena de niños heterogénea.  Niños, seguramente todos pequeños, pero a mí, algunos me parecían mayores. Todos estábamos sentados y en silencio. Delante de mí, un cuaderno y en la pizarra “garabatos” que debía copiar. No tenía ni la más remota idea qué eran ni para qué servían aquellas figuras. Lo único que sabía era que debía copiarlo. Recuerdo que no me gustaba nada y me sentía muy impotente, y por muchas razones, triste.

Luego, nos fuimos a un país donde no me podía comunicar porque no entendía nada ni a nadie que no fueran mis padres. Recuerdo el susto inicial por no entender qué había pasado. También recuerdo que me duró poco porque, en pocos días, estaba en un colegio maravilloso, lleno de mesas pequeñas de colores, pinturas, pegamento, niños que se reían y hacían ruido, y una señorita, Rose, preciosa, cariñosa y dulce que me acogió como una segunda madre. No tengo más recuerdos de aquellos primeros años que los de jugar, pintar, encolar, teatro, colores, canciones dibujos, instrumentos… fui absolutamente feliz en el colegio, y fue ahí donde, con casi 7 años, me volví a encontrar con aquellos primeros  garabatos  y,   comprendí, ahora sí,  que eran vocales y, no solo eso, además supe para qué servían.

Ha sido al comparar la educación académica de mi hija mayor,  y la de mi hijo después, con la mía propia, lo que provoco la alarma en mí, y me llevó a recordar ese suceso que cambió mi vida.  

Por mi propia experiencia sé que se aprende más con  motivación, estímulo, creatividad,  cariño y respeto y con las herramientas adecuadas como el espacio,  el tiempo, y dándole de veras a cada niño lo que necesita.  Cómo cualquiera que tenga más de un hijo sabe,  los niños son diferentes, porque  no vienen de serie.


Prometo que en sucesivas entradas incluiré videos de otros conferenciantes, pero prefiero empezar por éste.
Y para quienes hayan disfrutado del primer TED talk de Sir Ken Robinson en 2006 os pego el link del segundo que fue en 2010

lunes, 11 de marzo de 2013

Un granito de arena hacia un cambio.

«Un pueblo educado sabrá elegir dirigentes honestos y competentes. Estos elegirán a sus mejores asesores.
Un pueblo educado no permite corruptos ni incompetentes.
Un pueblo de ignorantes desperdicia sus recursos y se empobrece.
Un pueblo ignorante vive de ilusiones.
Un pueblo educado sabe diferenciar muy bien un discurso serio, de una charla demagógica.
Un pueblo de ignorantes es tierra fértil para el discurso falso».

Tarja Halonen, ex presidenta de Finlandia


Ignoro si esta frase fue dicha o no por  la ex Presidenta de Finlandia, a quien se le atribuye, pero tanto si es así como si no, es la idea  que me motiva a empezar este blog.

En estos tiempos convulsos en los que reinan el hastío,  la decepción y el descontento - porque  existe ya la sensación entre los ciudadanos de  manipulación por parte de demasiados “corruptos e incompetentes”, y estamos ya cansados de la “charla demagógica”  de unos y de otros - surgen movimientos como el 15M y otras “revoluciones” parecidas.

Independientemente del autor/es, creo firmemente en lo citado anteriormente  - y esa es mi  eterna lucha conmigo misma  y mi pequeño mundo - y por ello me animo a empezar este blog donde deseo compartir mis reflexiones sobre la tan manida y siempre maltratada educación en España. 

Este pretende ser mi pequeño recurso al pataleo (inicialmente), a falta del valor para  una gran revolución educativa, donde deseo ir soltando mis inquietudes y,  ojala, encontrarme con las de otras personas que también sueñan con revolucionar la educación.

Para ilustrar por dónde van mis tiros, dejo un link para ir abriendo boca.